En todo el mundo, el cuidado del medio ambiente y el crecimiento acelerado de las urbes ha impulsado a los gobiernos a poner metas y realizar acciones sostenibles y transformadoras para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), alineadas a la Agenda 2030 y a los objetivos para el Desarrollo Sostenible 2050 de la Organización de las Naciones Unidas.
La Unión Europea, por ejemplo, anunció la prohibición de venta de vehículos de combustión más allá del año 2025. En México, contamos con esfuerzos muy importantes para lograr una movilidad más sostenible, destacándose la puesta en marcha en 2023 de la Línea 3 del Metrobús en la Ciudad de México, siendo la primera línea eléctrica de autobuses articulados en América Latina. En el sureste del país, Yucatán, implementó el IE-TAM, un sistema de autobuses de tránsito rápido (BRT en sus siglas en inglés), 100 por ciento eléctrico, cero emisiones y con atributos estéticos de tranvía que lo hacen una oferta única en su tipo en toda Latinoamérica.
Además, destacan esfuerzos como los realizados por la Asociación Mexicana de Impulso al Vehículo Eléctrico (AMIVE), quienes se han convertido en un referente en la materia, al ser articuladores entre los diferentes actores relevantes que integran el ecosistema de este sector y los entes gubernamentales, legislativos y regulatorios, a fin de promover una movilidad más limpia, eficiente y sostenible en el país.
La movilidad eléctrica permite la integración de nuevas tecnologías para desplazarse con un bajo consumo de carbono que privilegia el elevar la calidad de vida en zonas urbanas, la mitigación de los efectos del cambio climático, garantizar el derecho a la movilidad. Siendo uno de los ejes esenciales para la transición energética y la construcción de ciudades inteligentes.