Optando por pedalear a raíz de COVID, los ciclistas mexiquenses han creado demanda para casi 40 kilómetros de ciclovía en cuatro municipios del Edomex.
La ciclovía cobra fuerza en el paisaje de la infraestructura urbana como una estrategia para promover el transporte no-motorizado, la cultura del bienestar físico y cuidar el medio ambiente en el Edomex.
Incluso desde antes de la llegada de COVID a México en febrero de 2020, el Centro de Estudios de Movilidad Peatonal A.C. o Fundación Camina había identificado que en el Estado de México alrededor del 54% de los viajes rumbo a escuelas y otros centros escolares se realizaban caminando. En el caso de centros de trabajo, la cifra era de 52%.
En el escenario post-pandemia, sin embargo, la demanda por movilidad no-motorizada ha logrado establecer proyectos de instalación de ciclovías en cuatro municipios del Edomex en una longitud de más de 37 kilómetros. Estos municipios son Toluca, Lerma, Zinacantepec y Metepec.
Yazmín Viramontes, directora ejecutiva de Camina, enfatizó que la construcción de la infraestructura urbana necesaria para una ciclovía debe asimismo acompañarse de medidas adecuadas de cultura vial:
“El primer punto implica la sanción de los autos que se estacionen en banquetas así como en ciclovías, además de la aplicación de confinamientos formales, modificando la infraestructura emergente que se pudo haber desarrollado en los meses anteriores.”
Solo en el Valle de Toluca, y en específico en el municipio conurbado de Metepec, distintas agrupaciones de la sociedad civil entregaron proyectos para establecer ciclovías emergentes ante COVID-19 aprovechando el Día Internacional de la Bicicleta el tres de junio del año pasado.
Cifras recopiladas sobre los 22 municipios que conforman el Valle de Toluca apuntan que, si bien más del 50% de sus habitantes usan el transporte público, apenas el 2% tiene como medio de transporte cotidiano la bicicleta u otras alternativas no-motorizadas.