En la zona oriente de la Ciudad de México, en donde el bullicio urbano se mezcla con el ajetreo de los viajeros, se encuentra la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente, o como los capitalinos la llamamos “La TAPO”; su gran estructura en forma de cúpula, incluso más grande que la ubicada en la capilla de San Pedro en el Vaticano, se ha convertido en el ícono de la alcaldía Venustiano Carranza, la cual ha sido testigo del paso del tiempo, de historias, de encuentros y de despedidas.
Esta gran terminal cuenta con 89,970 m2 y con un flujo de pasajeros diarios de 64 mil personas, 44 mil de ellos pasajeros y las otras 20 mil personas utilizan sus instalaciones para interconectarse con el resto de los servicios de transporte urbano que aquí confluyen.
Al año, en la TAPO se movilizan aproximadamente 23 millones de personas usuarias, que diariamente recorren sus túneles, pasillos y salas de llegada; recreando un ecosistema social y comercial al interior de su estructura, con el vaivén cotidiano de visitantes foráneos, taquilleros, comerciantes y citadinos.
El origen de la TAPO
En este mes de mayo, la icónica terminal celebra 45 años de historia; su origen se remonta al México de 1977 cuando los terrenos los ocupaba la Escuela Militar de Aviación, y fue parte del proyecto de terminales para la capital que permitiría la gestión de líneas de autobuses en las diferentes entradas de la Ciudad de México. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes decidió entonces construir cuatro principales terminales: Autobuses de Oriente, Central del Norte, Terminal Poniente y Central del Sur.
Su distintivo e innovador diseño estuvo a cargo del arquitecto Juan José Infante y fue inaugurada por el aquel entonces presidente José López Portillo el 9 mayo de 1979. Su gran cúpula tiene un diámetro de 60 metros y de acuerdo con el INBA, el 50 por ciento de su construcción está compuesta de materiales plásticos, por lo que su estructura es ligera y permite la entrada de luz natural necesaria para el funcionamiento. La TAPO es la terminal de autobuses más grande de la Ciudad de México y una de las 20 más grandes del mundo.
El diseño circular de la terminal tiene una interesante logística, ya que cuenta con tres anillos que le permiten dividir sus operaciones de llegadas y de salidas con la finalidad de no obstruir o generar tráfico en las vialidades aledañas.
Cuenta con tres túneles para el acceso y la salida de personas, que conectan con la Línea 1 y la Línea B del Metro, así como la Línea 4 y la línea 5 del Metrobús, también permite el libre acceso al Centro de Transferencia Modal San Lázaro y a la recién inaugurada plaza comercial Puerta Oriente, ofrece además una zona de taxis seguros y cuenta con estacionamiento.
Desde la TAPO puedes llegar a 250 destinos en 13 estados de la República y es la terminal con mayor afluencia de salidas y llegadas a la zona sur, sureste y al Golfo de México.
Entre sus destinos principales destacan Puebla, Oaxaca, Xalapa, Veracruz, Cancún, Mérida, Villahermosa, Tuxpan, Córdoba, Coatzacoalcos, Orizaba, Poza Rica, Reynosa, Tampico, entre otros y cuenta con servicio de autotransporte de las principales empresas de movilidad en el país como ADO, ADO GL, ADO Platino AU, Volcanes, Estrella Roja, Estrella de Oro, OCC, entre otros.
La TAPO como espacio de cultura y de inclusión social
La Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente no es un simple lugar de paso, representa un espacio lleno de historias y es un símbolo de progreso y conexión humana. Un gigante que se renueva constantemente para seguir siendo parte del tejido urbano y del viaje de miles de personas.
Se ha convertido en una plataforma cultural que permite albergar exposiciones gastronómicas y artesanales de los estados a donde conectan sus rutas.
Cada año se realiza la Exposición de la Guelaguetza, fiesta tradicional del estado de Oaxaca, así como ferias artesanales periódicas para apoyar a comerciantes de comunidades vulnerables en el sureste del país.
Además, dentro de las instalaciones de la TAPO se han realizado talleres de educación vial para niños y la capacitación de trabajadores con el objetivo de brindar la mejor atención a personas con discapacidad o en condiciones vulnerables.
En materia de accesibilidad, la terminal ofrece servicios facilitadores para las personas con discapacidad como sanitarios especiales, taquillas exclusivas, guías podotáctiles y rampas peatonales.
Terminal Sustentable y Multimodal
La TAPO es considerada una terminal sostenible dentro de sus operaciones diarias, gracias a la planta de tratamiento y planta potabilizadora de aguas residuales que tiene en su estructura, además de que cuenta con jardines ornamentales para recarga de acuíferos.
Las empresas de autobuses que operan en la terminal han adoptado además tecnologías que permiten ofrecer a los usuarios viajes más eficientes, como la digitalización para la compra de boletos, lo que permite reducir el uso de papel para la impresión de boletos y eficientar el acceso de los pasajeros.
Actualmente se trabaja en un proyecto para incluir celdas fotovoltaicas en la estructura con la finalidad de que se pueda atender de esta manera el consumo de energía eléctrica de toda la terminal.
Sin duda, la TAPO continua evolucionando con el pasar de los años con la finalidad de atender el crecimiento de sus usuarios; en su más reciente modernización se incluye la renovación del Centro de Transferencia Modal San Lázaro el cual contempla el mejoramiento de los espacios de interconexión entre los diferentes modos de transporte, así como la apertura de una plaza comercial Puerta Oriente que facilita la adquisición de servicios y productos para los viajeros sin salir de sus instalaciones.
La TAPO a lo largo de estos 45 años, ha sido un espacio de encuentro para miles de personas, su evolución es clave para la movilidad eficiente de los capitalinos, y los usuarios y trabajadores son la pieza clave que hacen de esta terminal un espacio con vida e historia propia