Muchas personas prefieren pedalear sobre conducir en la movilidad urbana de ciudades como CDMX; esto nos llama a la empatía entre ciclistas y conductores.
“¡Me tiró el laminazo!”, esa expresión coloquial de México ahora describe el malestar de los ciclistas cuando los conductores de autos privados invaden ciclovías o usan el tamaño de sus vehículos para intimidar a quienes prefieren pedalear como alternativa de movilidad urbana en grandes ciudades.
La espiral de confrontación entre ciclistas y conductores a veces rebasa los comentarios de redes sociales y se torna en escenas de hostilidad en plena vía pública, cuando en realidad unos y otros tenemos el mismo derecho a la ciudad y al espacio urbano acotado por normas y reglas de tránsito cuyo respeto es responsabilidad de todos.
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De acuerdo al documento Movilidad Ciclista en la Ciudad de México, publicado por la Secretaría de Movilidad (SEMOVI), la CDMX cuenta ya con más de 300 kilómetros de infraestructura ciclista y se espera duplicarlos hacia 2024. No obstante, tal escenario involucra que el 3% del total de viajes realizados en la capital serán hechos en bici, de modo que es necesario saber coexistir con otros modos de transporte: metro, metrobús, tren ligero, taxis ecológicos y sí… también vehículos privados.
La siguiente comparativa ilustra muy bien cuáles son los retos para conciliar el tránsito por parte de ciclistas y conductores cuando la autoridad ya hizo una inversión de infraestructura en términos de ciclovías:
Como se aprecia, una ciclovía separada del arroyo vehicular apenas es el primer paso hacia el respeto mutuo entre bicicletas, automóviles y otros vehículos. Es también necesaria una campaña de sensibilización bidireccional donde quienes pedalean y quienes conducen se vuelvan responsables de respetar los espacios designados para otras personas en movimiento:
- No invadir
- Respetar el sentido de cada calle
- Circular siempre debajo del límite de velocidad
- Señalizar las vueltas con direccionales
- Observar los semáforos y cruces peatonales
Debemos dejar de lado la confrontación y la retórica de polarización “ciclistas vs conductores.” No se trata de eso. Conciliar el derecho a la ciudad como un bien público disfrutado por todas y todos implica el liderazgo de las autoridades, pero también la corresponsabilidad por parte de la gente trasladándose, independientemente de su medio de transporte.
¿Qué medidas o acciones hacen falta desde tu perspectiva para erradicar los “laminazos” y conciliar a quienes pedalean junto con quienes conducen?