Patín eléctrico: la promesa de la micromovilidad por un transporte urbano verde
El patín eléctrico, también conocido como scooter eléctrico, representa una tendencia de micromovilidad donde los viajes ‘de la última milla’ o last-mile trip representan un nicho de transporte urbano difícilmente cubierto por medios convencionales que bien pueden ser el metro o el autobús.
Partiendo de una disponibilidad inmediata (pues no está condicionada por estaciones base) los patines eléctricos son localizados y rentados mediante aplicación móvil por sus usuarios para cubrir viajes cortos a costos inferiores a los de otros medios de transporte privados como taxi o Uber.
¿Qué otros vehículos entran en el concepto de micromovilidad?
La micromovilidad como concepto alude a todo un espectro de necesidades de transporte y de travesías, por lo general menores a los diez kilómetros, con medios que no excedan velocidades de 25 kilómetros por hora. Asimismo, se trata de modos de movilidad urbana sustentable como:
- patines eléctricos (scooters eléctricos)
- bicicletas
- bicicletas eléctricas
- hoverboards
- otros vehículos alimentados por energía eléctrica.
Aunque las primeras definiciones de micromovilidad hablaban de vehículos cuyo peso no sobrepasa los 500 kilos, en la actualidad estos pueden ser todavía más ligeros.
Por ejemplo: el 89% de la masa total de un patín eléctrico está compuesto por un chasis de aluminio (seis kilos), batería de litio (1.2 kilos), motor eléctrico (1.2 kilos), partes de acero (1.4 kilos) y llantas (0.83 kilos) para un aproximado de 12 kilogramos de peso.
Así, el scooter eléctrico materializa atributos de la micromovilidad tales como ligereza, inmediatez, conveniencia y disponibilidad.
Movilidad urbana sustentable: el caso del patín eléctrico
Según cifras del Departamento de Energía de los Estados Unidos, el 60% de los viajes realizados en dicho país cubren distancias menores a las seis millas o diez kilómetros, lo cual implica que hasta seis de cada diez viajes realizados podrían hacerse con medios de micromovilidad.
Del mismo modo, de acuerdo a la Agencia de Protección Ambiental, si el automóvil particular fuera reemplazado por la bicicleta o el patín eléctrico para recorridos por debajo de los dos kilómetros, se evitaría la contaminación equivalente a dos toneladas de dióxido de carbono por año.
Ahora bien, un análisis de los scooters eléctricos desde la movilidad urbana sustentable requiere considerar preguntas relativas al origen de la electricidad que recarga el patín eléctrico y la electricidad usada para fabricarlo.
El patín eléctrico tiene una huella de carbón en la medida en que la electricidad de la cual se alimenta es generada con petróleo o gas, mientras que esta huella desaparece en caso de energía generada con fuentes renovables como la fuerza del agua o la energía solar.
Considerando que los patines eléctricos tienen cuatro fases de consumo energético como todo vehículo automotriz, (producción, carga, uso y recarga), es en la tercera fase donde se registra una ventaja comparativa respecto a vehículos con motor de combustión interna: mientras ese ‘last mile trip’ sea realizado empleando consistentemente un medio de micromovilidad y no con un coche, el patín es una buena alternativa de transporte sustentable.
El patín eléctrico alrededor del mundo
1. Atlanta, Georgia, Estados Unidos
En una encuesta, realizada a siete mil personas en diez ciudades grandes de Estados Unidos, la plataforma de información sobre micromovilidad Populus halló que en Atlanta el 79% de sus encuestados tienen una opinión favorable de los patines eléctricos.
Esta ciudad del este del país concedió permisos anuales a aplicaciones como Bird, Jump y Wheels, que continuaron operando incluso durante la pandemia COVID-19 en un horario de cuatro de la mañana a nueve de la noche.
2. Copenhague, Dinamarca
Los scooters eléctricos se volvieron populares en Copenhague desde su introducción a inicios del 2009 y hoy en día sus permisos están distribuidos de modo que 300 unidades de patín eléctrico pueden localizarse en el centro de la ciudad al mismo tiempo que hay un aproximado de tres mil patines eléctricos en zonas menos habitadas de la capital danesa.
Por ley, los e-scooters no deben ser conducidos a más de 20 kilómetros por hora y deben circular en las ciclovías y otros espacios dedicados para bicicletas, no en pasos para peatones.
3. Madrid, España
Madrid es la ciudad europea donde la tendencia de micromovilidad y de movilidad urbana sustentable materializada por el patín eléctrico entró con más fuerza: a inicios de 2019 se habían concedido permisos para más de ocho mil scooters eléctricos divididos entre empresas como Uber y Seat.
Los scooters tienen prohibido andar sobre banquetas y pasos peatonales, así como sobrepasar los 30 kilómetros por hora. Los patines ahora son comunes en puntos neurálgicos de la ciudad como Parque del Retiro y las calles del barrio de Malasaña.
4. CDMX, México
Desde 2019 la Ciudad de México experimentó un ‘boom’ de patines eléctricos como parte de la tendencia de micromovilidad y movilidad urbana verde que está dándole la vuelta al mundo.
La Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México concedió mil 750 permisos individuales para el start-up mexicano Grin en una demarcación ubicada en la zona comercial de Polanco. A raíz de la contingencia por COVID-19, Grin puso en marcha un plan de renta mensual llamado Grin4U y está listo para renovar su permiso de operación en el ciclo 2020-2021.
Como en otras grandes urbes del mundo, los scooters eléctricos en CDMX utilizan las ciclovías buscando descongestionar el tránsito y llenar rutas cortas que no son cubiertas por el transporte público.
La controversia entorno al patín eléctrico
Así como Populus reporta que hay ciudades de Estados Unidos donde los scooters eléctricos son vistos favorablemente por el 70% de los encuestados, hay algunas otras como San Francisco, California, donde la proporción es próxima al 50% en contra y 50% a favor.
La gente de San Francisco cita irregularidades (como el bloqueo de pasos para personas con discapacidad y de rutas de acceso a edificios públicos) como fuertes objeciones contra el uso de patines eléctricos.
“Hubo críticas muy duras en San Francisco,” dijo Sanjay Dastoor, CEO de Skip, una de las compañías de patín eléctrico con permiso para operar más de 650 unidades, “pero en última instancia tiene que ver con el uso dado por los usuarios.”
Así, aplicaciones como Skip hacen que sus usuarios se familiaricen con principios básicos de educación vial antes de usar el scooter eléctrico. “En Washington DC la gente mira con buenos ojos los scooters eléctricos porque han sido usados de una mejor manera,” concluye Dastoor.
Conclusión: el patín eléctrico es un proceso de aprendizaje e innovación
El patín eléctrico representa un caso de movilidad urbana verde en constante evolución. También representa un reto en términos de las disposiciones de la vía pública que, no obstante, es un reto que debe ganarse en la lucha contra el uso indiscriminado del automóvil privado, el tráfico y la contaminación.
Siempre que recordemos que seis de cada diez viajes recorren distancias menores a los diez kilómetros encontraremos que los scooters eléctricos son un medio muy importante de la nueva micromovilidad.
¿Cómo ha sido tu experiencia con el patín eléctrico? ¿Has usado scooters eléctricos fuera de México? ¿Qué pros y contras encuentras en su uso en grandes ciudades?