La disminución de la actividad en el espacio público a raíz de COVID invita a reconvertir áreas para promover transporte público y movilidad sustentable.
El distanciamiento social ocasionado por la pandemia en grandes ciudades abrió el debate sobre planificación urbana y transporte: ¿Debemos volver al tráfico y la contaminación asociados con la ‘vieja normalidad’ o aprovechar la disminución de la actividad en el espacio urbano para promover el transporte público y la movilidad sustentable?
Hablando de planificación urbana el concepto clave es la reconversión como nueva perspectiva de urbanismo: así como la crisis sanitaria de COVID involucró la reconversión de hospitales para expandir la capacidad instalada de camas y equipos de respiración, así también dicha crisis implicó la reconversión de espacios de la urbe para otros usos.
En la CDMX, un ejemplo notable fue la carpa geodésica montada sobre el Autódromo de los Hermanos Rodríguez a fin de alzar una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para atender pacientes graves de coronavirus: tras un año de operación, la pista de carreras pasó de albergar 200 camas hospitalarias a 400 camas. Asimismo, de aproximadamente 500 personas trabajadoras de salud se duplicó la cifra a más de mil 300.
Este caso nos invita a reflexionar qué tipo de usos son realmente prioritarios en el espacio urbano tales como provisión de servicios de salud, de educación, de trabajo y de movilidad sustentable.
El último de estos rubros, transporte público y electromovilidad, también sobresalió durante 2020 ya que la CDMX logró introducir exitosamente diez unidades de autobús articulado completamente eléctrico: el Metrobús eléctrico de la Línea 3 Tenayuca-Santa Cruz Atoyac. En otras ocasiones hemos hablado de cómo este transporte con base en electromovilidad evita la liberación de mil 300 toneladas de carbono tras diez años.
Un tercer y último caso es el de la Ciclovía Insurgentes: aquello que comenzó como una medida de emergencia para evitar contagios en el transporte público resultó permanente tras una serie de deliberaciones entre la sociedad civil y la autoridad de la Secretaría de Movilidad (Semovi). Según cifras de agosto de 2020, esta vialidad tiene una capacidad para 25 mil 397 desplazamientos diarios.
De modo que hablar del futuro de las grandes ciudades como la capital de México en términos de planificación urbana y transporte público es hablar de reconversión: reflexionar cómo priorizar el espacio urbano gracias a la experiencia y el aprendizaje del distanciamiento social.