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Cifras de los países de la Unión Europea señalan que la cantidad de autobuses eléctricos se incrementó en más de un 20% durante 2020 con la adquisición de dos mil 62 unidades, comparadas con las mil 685 de 2019. En la era de la movilidad COVID la estrategia sigue siendo la movilidad sustentable con energías limpias junto con seguridad sanitaria.
“Según los reportes de movilidad provistos por Google alrededor del mundo, los sitios de transporte público en el mundo como paradas de autobús y estaciones de metro han reducido su afluencia tanto como el 80%. Los operarios están ante el dilema de suspender sus líneas y servicios menos rentables, o pasar el costo de seguir operando en el precio al consumidor,” dice un reporte de la Universidad de Oxford ante el reto de la movilidad COVID.
¿Y dónde entran los autobuses eléctricos en este escenario post-COVID a largo plazo?
El nuevo paradigma post-COVID consiste en ver a la movilidad y al transporte como asuntos de salud pública: en Yakarta, Indonesia, la autoridad local introdujo 100 nuevos autobuses eléctricos, pese a la pandemia, en su compromiso por reducir emisiones de carbono. Esto, pues el 60% de los residentes de esta urbe de más de diez millones de habitantes padece problemas respiratorios relacionados a la mala calidad del aire.
En otras palabras, abandonar la iniciativa de un transporte público limpio y sin emisiones contaminantes significaría arriesgar el regreso de las calles congestionadas y contaminadas por cientos de miles de automóviles particulares. De acuerdo a un informe publicado en Indonesia: “aquellas personas regularmente expuestas a partículas de 2.5 micras de gases tóxicos son 8% más vulnerables al COVID con desenlace fatal.”
La transición energética hacia vehículos de cero emisiones en el transporte público también es una forma de proteger la salud y mejorar la calidad de vida de los habitantes de zonas urbanas. Se calcula que ciudades del tamaño de Yakarta teniendo autobuses eléctricos podrían evitar aproximadamente 100 hospitalizaciones de terapia intensiva por problemas respiratorios al año.
En conclusión, la movilidad COVID obliga a replantear al transporte público limpio y a la movilidad sustentable como asuntos de salud pública y prevención. Los autobuses eléctricos no solo son más silenciosos, también son instrumentos probados para limpiar el aire que respiramos.